En un movimiento que ha causado conmoción en el mundo del entretenimiento y la política, Bruce Springsteen y Robert De Niro anunciaron que abandonarán los Estados Unidos tras el regreso victorioso de Donald Trump a la Casa Blanca. El legendario músico y el icónico actor, ambos críticos acérrimos de Trump, citaron el clima político del país como su razón para mudarse, afirmando que ya no se sienten respetados ni valorados en la nación que una vez defendieron.
“No es la América sobre la que canté”, dijo Springsteen, de pie en la escalera de su casa de Nueva Jersey durante una conferencia de prensa. “He pasado mi carrera escribiendo sobre este país, su gente, sus luchas. Pero después de esta elección, siento que estoy escribiendo una carta de despedida”.
De Niro, que se unió a Springsteen para el anuncio, no se anduvo con rodeos. “Este lugar se ha descarrilado”, declaró. “La gente ha hablado y, al parecer, ya no nos quieren. Bien. Iremos a algún lugar donde seamos apreciados”.
Springsteen, conocido cariñosamente como “El Jefe”, ha sido durante mucho tiempo la voz de la clase trabajadora; sus canciones narran las esperanzas y las dificultades de los estadounidenses comunes. Pero, con la reelección de Trump, dice que esos sueños se sienten cada vez más fuera de su alcance.
“Siempre he creído en el potencial de Estados Unidos”, dijo Springsteen. “Pero estas elecciones parecen un gran paso atrás. Es como si el alma de este país estuviera en pausa”.
De Niro, dos veces ganador del Oscar, se hizo eco de sentimientos similares. Conocido por su feroz retórica anti-Trump, el actor dijo que ya no se siente seguro ni respetado en su país natal. “Me han llamado de todas las formas posibles por hablar en contra de Trump”, dijo. “En algún momento, uno tiene que preguntarse: ¿Vale la pena?”.
Aunque ni Springsteen ni De Niro revelaron sus planes exactos, las especulaciones son desenfrenadas. Los expertos sugieren que Springsteen podría mudarse a Irlanda, un país que a menudo ha descrito como su segundo hogar. De Niro, cuyo padre era de ascendencia italiana, insinuó que se establecería en la Toscana, una región que elogió como “el polo opuesto de Mar-a-Lago”.
“Si Estados Unidos no puede con nosotros, tal vez Europa lo haga”, bromeó De Niro. “Al menos allí saben cómo tratar a los artistas”.
El dúo bromeó sobre la posibilidad de crear una comunidad para expatriados estadounidenses e invitó a “todos los soñadores desilusionados” a unirse a ellos. “La llamaremos ‘Heartbreak Hill’”, dijo Springsteen con una sonrisa.
El anuncio ha provocado una respuesta emocional tanto de los fans como de los críticos. Las redes sociales estallaron con mensajes de desamor de los fieles seguidores de Springsteen, muchos de los cuales ven su partida como una pérdida simbólica para la nación.
“¿Bruce se va? Es como si Estados Unidos perdiera el ritmo cardíaco”, publicó un fan. “Si The Boss no puede soportarlo más, ¿qué esperanza nos queda al resto de nosotros?”
El anuncio de De Niro también generó fuertes reacciones, algunos aplaudieron su decisión y otros la criticaron por considerarla demasiado dramática. Uno de sus fanáticos más combativos escribió: “De Niro habla duro, ¿pero ahora se escapa? Típico de la élite de Hollywood”.
No todo el mundo está de luto por la pérdida. Los analistas conservadores no perdieron tiempo en celebrar la noticia, presentándola como una victoria para la administración Trump. “La marcha de De Niro y Springsteen es una prueba de que Estados Unidos está mejor con Trump”, tuiteó un destacado influencer de derecha. “Tal vez se lleven consigo al resto de Hollywood”.
Los presentadores de Fox News se burlaron del anuncio y sugirieron que las dos estrellas simplemente estaban “haciendo berrinches” porque no se salieron con la suya. “Han estado amenazando con irse durante años”, dijo un presentador. “Bueno, no dejes que la puerta te golpee al salir”.
Como era de esperar, tanto Springsteen como De Niro aprovecharon la oportunidad para criticar a Trump una última vez antes de su partida. Springsteen calificó la reelección de Trump como “una tragedia para cualquiera que crea en la decencia y la justicia”, mientras que De Niro se refirió al expresidente como “el mayor fraude jamás vendido al pueblo estadounidense”.
Sus palabras resonaron entre muchos de sus seguidores, pero alimentaron aún más a sus críticos. “Estos tipos todavía creen que son la conciencia de Estados Unidos”, dijo un comentarista. “Noticia de última hora: ya nadie los escucha”.
A pesar de su decepción, ni Springsteen ni De Niro tienen planes de retirarse. Springsteen insinuó que lanzaría un álbum inspirado en sus sentimientos de exilio, titulado provisionalmente Songs for a Lost America. Se dice que De Niro está en conversaciones para un proyecto cinematográfico que explora las vidas de los expatriados estadounidenses.
“Seguiré haciendo música, donde quiera que esté”, dijo Springsteen. “Pueden sacarme de Estados Unidos, pero no pueden sacar a Estados Unidos de mí”.
De Niro, siempre actor, terminó la conferencia de prensa con un toque teatral. “Esto no es un adiós, es un hasta luego”, dijo. “Y cuando Estados Unidos decida entrar en razón, tal vez regresemos”.
La partida de dos íconos culturales pone de relieve la creciente brecha que existe en el panorama político y social de Estados Unidos. Para algunos, su decisión de irse es una traición; para otros, es un acto audaz de protesta contra una nación que, según ellos, ha perdido el rumbo.
Como dijo un fan: “Si Springsteen y De Niro ya no pueden encontrar esperanza aquí, ¿qué dice eso del resto de nosotros?”
Sólo el tiempo dirá si su partida inspirará un cambio o simplemente echará más leña al fuego de un incendio que ya está ardiendo. Pero una cosa es segura: Estados Unidos no será lo mismo sin ellos.